Microsoft y su nueva nube para lograr cero emisiones netas

Microsoft ha empezado un plan que tiene como objetivo reducir el uso de agua en sus centros de datos refrigerados por evaporación en un 95% para 2024. Además, está avanzando en la investigación de la refrigeración líquida e inmersión de sus servidores en líquido, aumentando así su rendimiento e incrementando la vida útil de los chips en un 20%.

Y es que desde el año 2010, el número de usuarios de Internet alrededor del mundo se ha duplicado, e incluso, se espera que para 2022 el tráfico global se llegue a incrementar sobre los 4,2 zettabytes por año. En esta línea, las conexiones móviles y de IoT se multiplicarán. Estas tendencias muestran una clara digitalización exponencial cimentada en la nube, traduciéndose a su vez en una creciente demanda de centros de datos. Consecuentemente, la industria cloud deberá hacer frente a un gran desafío: continuar escalando la capacidad de computación, de hecho, un factor clave para avanzar hacia un modelo de economía digital, reduciendo el máximo posible las emisiones de carbono por el bien del planeta.

“Los centros de datos, por tanto, deben ser parte de la solución para una amplia descarbonización, aunque los desafíos climáticos a los que debemos hacer frente no se resolverán por parte de una única organización o industria. Nuestro objetivo es lograr formas de mejorar las operaciones de todos nuestros centros de datos, con la finalidad de compartir estos aprendizajes con la industria de la nube al completo, empoderando paralelamente a nuestros clientes y socios mediante herramientas para medir sus progresos en sostenibilidad”, comenta Noelle Walsh, Vicepresidenta Corporativa de Operaciones Cloud e Innovación de Microsoft.

Microsoft Cloud for Sustainability o una nube que piensa en el medioambiente

“Es muy difícil mejorar, o modificar, lo que no puede medirse. El mundo necesita, de hecho, estándares globales, una base común capaz de garantizar que las emisiones de carbono se midan de la forma más precisa posible, de una manera consistente, pero también confiable. Siempre a nivel mundial, con soluciones tecnológicas innovadoras capaces de disminuir las emisiones de carbono y nuestro impacto ambiental”, concluye Noelle Walsh.

Con el fin de proseguir hacia el objetivo Net Zero (cero emisiones netas), Microsoft está haciendo fuertes inversiones en I+D para sus infraestructuras cloud y compartiendo su experiencia en este campo, además de ayudando a las empresas a registrar, informar y reducir de manera mucho más efectiva sus emisiones de carbono. Por todo ello, ha lanzado la preview de Microsoft Cloud for Sustainability. Se trata de una nube especializada que brinda a las organizaciones la capacidad de acceder a un completo conjunto de conocimientos, integrados y automatizados, con el fin de acelerar cada etapa de su camino hacia la deseada sostenibilidad.

Microsoft entiende así la lucha contra el cambio climático, priorizando la sostenibilidad como un viaje que se debe hacer de manera conjunta: “Gracias a nuestros partners y clientes, lograremos el cero neto y crear, además, el camino hacia las emisiones de carbono negativas. Para lograrlo debemos compartir nuestros aprendizajes y progresos, creando nuevas soluciones capaces de comparar dónde estamos hoy y hacia dónde debemos ir, siempre con una información a disposición de todos”, añade la Vicepresidenta Corporativa de Operaciones Cloud e Innovación de esta compañía.

¿Cuáles son los objetivos de Microsoft relacionados con la sostenibilidad?

Conforme la demanda de la nube en los sectores público y privado sigue aumentando, es fundamental dedicar recursos a hallar soluciones creativas, pero también innovadoras, con el fin de poder cumplir con los ambiciosos objetivos de sostenibilidad.
A día de hoy, la migración a Azure es capaz de brindar una solución realmente sostenible, hasta un 98% más eficiente en cuanto a emisiones de carbono y un 93% en términos de consumo energético, que los centros de datos tradicionales. De todos modos, el compromiso de Microsoft va mucho más allá. Esta compañía pretende ser negativa en emisiones de carbono para el año 2030. Y de cara a 2050, eliminar del medioambiente todo el carbono que la empresa ha emitido directamente, o por consumo eléctrico, desde sus inicios en el año 1975.

En esta línea, ha puesto en marcha diferentes iniciativas para ayudar al sector a definir el futuro de los centros de datos. Estas son algunas de las más importantes:

Reducir el uso de agua en las operaciones del centro de datos en un 95% para el año 2024 y ser positivos en agua para el 2030. Y es que Microsoft trabaja para conseguir la máxima optimización de consumo, adaptándose de este modo al clima existente en cada lugar del mundo. Por todo ello, este proyecto en concreto tiene el potencial de eliminar, incluso, el uso de agua para la refrigeración de los centros de datos en regiones como Chicago, Virginia, Ámsterdam o Dublín, mientras reduce su empleo en zonas desérticas hasta en un 60%.

Una investigación continua en refrigeración por inmersión como alternativa a la utilización del agua.

De hecho, Microsoft ha sido el primer proveedor cloud en usar la refrigeración por inmersión líquida de dos fases en un entorno de producción. Con este paso, ha demostrado su viabilidad para un uso más amplio. Por otra parte, se está estudiando su aplicación en escenarios de overclocking, mostrando así que este tipo de refrigeración líquida es capaz de aprovecharse, no sólo para fines de sostenibilidad, sino también para conseguir un mayor rendimiento de los chips en cargas de trabajo avanzadas de Inteligencia Artificial y machine learning, creando servidores más densamente empaquetados en espacios mucho más reducidos. Por si fuera poco, la utilización de esta técnica de refrigeración podrá incrementar la vida útil de los chips en hasta un 20%, contribuyendo a un mejor aprovechamiento del hardware, pero también a una mayor sostenibilidad.

Un diseño de centros de datos que prioricen el apoyo a los ecosistemas locales

Y es que Microsoft ha estado evaluando firmemente el comportamiento del ecosistema en doce regiones de centros de datos en términos de cantidad y calidad del agua. Pero también del aire, carbono, clima o biodiversidad. ¿Su propósito? Lograr renovar y revitalizar el área circundante, logrando un valor regenerativo para la comunidad local y para el medioambiente. Los resultados de esta investigación ya están ayudando a configurar uno de sus primeros proyectos en la parte norte de Holanda: reducir la huella de carbono en el diseño y también la construcción de los centros de datos. El carbono asociado a los materiales y procesos de construcción representa, si no más, el 11% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero a lo largo de todo el ciclo de vida de un edificio, pero también de toda infraestructura.

De hecho, según los últimos datos de la Alianza Global para Edificios y Construcción, estas cifras son realmente elevadas. Por ende, Microsoft planea construir entre 50 y 100 nuevos centros de datos cada año. Además, gracias a la calculadora EC3 desarrollada por Building Transparency, estima que se podrá reducir el carbono incorporado en el hormigón y el acero utilizados en hasta un 30-60%. De forma interna, el Proyecto Zerix avanza en la investigación de plásticos biodegradables. También de placas de circuito impreso sostenibles y biohormigón, abordando todas las etapas del ciclo de vida de los centros de datos.

Éxitos relacionados con la apuesta por la sostenibilidad

“Nuestro progreso actual se verá realizado gracias a las inversiones que hemos ejecutado o en el desarrollo de centros de datos avanzados y gracias al co-desarrollo, en colaboración con nuestros partners, de soluciones y herramientas que se basan en la nube, las cuales podemos usarlas en nuestras operaciones directas”, añade Noelle Walsh. A modo de resumen, los siguientes son algunos de los hitos más recientes que ha logrado Microsoft.